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Nueva Tribuna: Desahucios por préstamos fraudulentos

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Publicado en Nueva Tribuna, 09.02.2015

DESAHUCIADO POR NO PAGAR 32.000 EUROS DE UN CRÉDITO DE 4.000 

El prestamista Antonio Arroyo Arroyo ha arruinado la vida de más de 3800 familias, denuncia la Asociación Stop Estafadores. 

Por Javier Gimeno, Juan Puche y Mary Yáñez, de la asociación Stop Estafadores 

La noticia de la última víctima de un prestamista usurero acaba de salir en los medios: Umberto, un ciudadano del barrio madrileño de Tetuán, ha sido desahuciado de su vivienda por no poder pagar 32.000 € de un préstamo de 4.000 que solicitó mediante un engaño de una trama de prestamistas estafadores. 

Va tomando carta de naturaleza la cacareada Marca España pero no precisamente por aquello de lo que el Gobierno presume como fruto de su gestión (España como paraíso de inversores y/o emprendedores, de grandes negocios, modelo de banca ejemplar, motor de Europa [sic]…), sino más bien por todo de cuanto carece, acaso sólo la punta de un inconmensurable iceberg: avaricia, individualismo, codicia, usura, engaño, demagogia, populismo, corrupción… Categorías que se van consolidando como seña de identidad española y que cuentan con el apoyo por omisión del actual gobierno, cuando no de su flagrante complicidad (casos Gürtel, Pokemon, Púnica, y un lamentable etcétera de vilezas e ignominias). 

Traemos hoy a esta tribuna una de tantas operaciones que abundan en esta marca o seña tan española como la usura en forma de estafa, una de cuyas tramas, ella sola, la Trama Arroyo, así llamada por ser Antonio Arroyo Arroyo su artífice usurero, ha arruinado la vida de más de 3800 familias en los últimos años. Es este el prestamista por cuyo engaño ha sido desahuciado Umberto. 

Existen varias tramas de estafadores, la mayoría conectadas entre sí, cuyo engaño es a través de préstamos hipotecarios de naturaleza usuraria. Una de la más tristemente conocida es la ya mencionada, objeto de noticias y reportajes televisivos, entrevistas a afectados, etc., uno de cuyos caso más mediático por su dramatismo fue el de Carmen Martínez, la señora de Vallecas desahuciada por avalar a su hijo en un préstamo hipotecario usurario. Pero hay, si cabe, casos aun de mayor dramatismo que no han tenido eco en los medios: casos de suicidios de de personas desesperadas que lo han perdido todo a causa de estas tramas de estafadores. 

Además de la Arroyo, hay otras, como las tramas de Valencia o de Jaén, Murcia, Valladolid… o las conocidas por la Trama del préstamo del sobre vacío o la Trama del seguro del préstamo, y un largo y lamentable etcétera. Todas, operaciones fraudulentas que han acabado, en la mayoría de los casos, con las viviendas de las víctimas en manos de los criminales y la ruina de sus vidas. 

Todas estas operaciones fraudulentas tienen un modus operandi muy similar: una vez puesto en contacto con un posible estafado, el prestamista se hace pasar, bien por abogado, bien por director de sucursal bancaria o simplemente como un agente de la empresa prestataria. A la víctima sólo le pide como aval la escritura de su vivienda, que, una vez obtenida, le cita en una notaría de la trama para firmar el préstamo y entregarle el dinero en metálico. Las condiciones pactadas son “normales”: el usurario le informa de un interés de un 7 u 8% a lo sumo, que deberá pagar a un banco cuyo número de cuenta le facilitará “en breve”. Después de un promedio de entre tres y cuatro horas de espera en la notaría, el notario aparece para leerle al cliente la parte de la escritura donde figuran tales condiciones, que le hace firmar junto con unas letras de pago, para seguidamente hacerle entrega, bien de un cheque, bien de la cantidad solicitada menos la comisión que se lleva el intermediario, comisión que en ningún momento figura en el contrato ni aquél le había mencionado con anterioridad. 

¿En qué consiste la estafa? El número de cuenta que se supone iba a ser facilitada por el intermediario nunca aparece. Ni tampoco éste ni nadie de la empresa prestataria. Transcurrirá más de un año, entre 14 y 18 meses, hasta que alguien de aquélla (cuyo nombre ya será otro: Créditos Madrid, Altisidora, Credit Garpi…) se pone en contacto con el cliente para exigirle el pago de la deuda, la cual, transcurrido ese tiempo, ha cuadruplicado, tanto el capital como los intereses, más los gastos de demora. Es entonces cuando el nuevo prestamista le facilita al cliente la escritura, donde figuran las verdaderas condiciones del préstamo, y un número de cuenta nominal donde realizar el ingreso, bajo amenaza de desahucio de la vivienda de la víctima, la cual, en ese tiempo, los usureros la han tasado por un valor sensiblemente inferior a su precio, con el fin de que ni siquiera pueda pagarse la deuda con su venta a un tercero. 

Estamos hablando de cantidades a pagar, por ejemplo, de 96.000 € para un préstamo de 24.000. Estamos hablando, por consiguiente, de una deuda que en poco más de un año ha alcanzado el 400% de interés (no son cifras imaginarias: es éste un caso real, uno entre miles). 

Obviamente, estas estafas usurarias no podrían tener éxito alguno sin la connivencia de notarios corruptos miembros de la trama, denunciados por varios Colegios de Notarios en toda España y, obviamente, por los estafados: Trama Arroyo, Valencia, Jaén, Murcia, Valladolid, Sobre vacío, Seguro de préstamo, etc., etc., todas y cada una tienen detrás a uno o varios notarios conocidos sin cuya acción fraudulenta no podría llevarse a cabo ninguna estafa de estas características. 

Se da la circunstancia de que varias de estas tramas, y en especial la de Arroyo Arroyo, tienen negocios con miembros de la tristemente famosa Trama Púnica y con su principal protagonista, el exconsejero de la Comunidad de Madrid e íntimo amigo de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, hoy encarcelado. 

Desde la Asociación Stop Estafadores pedimos a nuestros representantes políticos que insten al Gobierno para actualizar la única Ley que pone coto a los préstamos usurarios, la llamada Ley Azcárate, de 1908, aun hoy en vigor, pero a todas luces insuficiente para atajar esta lacra que en el siglo XXI ha cobrado mayor fuerza. Pedimos que se ponga freno de una vez y para siempre a los estafadores, se les persiga y se impida que continúen arruinando vidas. 

¿Marca España? Aquí la tenemos: estafa, avaricia, codicia, usura, corrupción por doquier. Resultado: familias enteras arruinadas, desahucios, suicidios. De todos depende que esta seña de identidad tan “nuestra” desaparezca para siempre y que los Arroyo y demás usureros de Murcia, Valladolid, Valencia y de cualquier parte compartan patio y reja con los Granado o los Díaz Ferrán, los Bárcenas o los Fabra allá donde se hallen encerrados.

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